miércoles, 19 de febrero de 2014

BATTLE MASTERS

Desgraciadamente, no llegué a disfrutar de este juego tanto como hubiera querido. Cuando pienso en cómo me enteraba de la existencia de estos juegos allá por los primeros 90 no consigo acordarme demasiado bien. Battle Masters salió a la venta poco después de Heroquest. Si no recuerdo mal, fueron más de 8000 de las antiguas pesetas, un dineral para la época, teniendo en cuenta que uno no tenía ingresos y que mis padres, pues... en fin, que costaba mucho ganar este dinero. Aún tengo grabada en mi memoria esa fría mañana de invierno, en días navideños, en la que fui a la tienda a adquirir el juego.

Battle Masters es un juego demasiado básico y luego, tras abrirlo, decepcionó. Y lo primero que me decepcionó fue el hecho de que las miniaturas no tenían peanas individuales, sino que encajaban mediante ranuras en peanas colectivas. De este modo, en cada peana pueden ir varias miniaturas, pero no me servían para el Heroquest; aunque eso fue, en un principio, un mal menor. Lo segundo que decepcionó fueron las reglas tan básicas del juego. Y es que el movimiento dependía del azar, pues a golpe de carta, se movían las bases de miniaturas y después, si se situaban adyacentes a las bases enemigas, se atacaba con dados similares a los de Heroquest. Y claro, no me cuadraba que en una sola tirada, pudiera quitar 3 puntos de vida a la peana y las  miniaturas de la misma se iban a tomar por... pues eso. Pero ya no hubo más decepciones. El contenido de la caja es brutal, con más de 120 miniaturas detalladas y de la misma medida que las del Heroquest (no en vano fueron los mismos fabricantes...), y siempre había tiempo de modificar un poco las reglas para hacer que cada miniatura tuviera más importancia. Los marcadores de cartón, de la misma medida del Heroquest, venían perfectos para contar puntos de vida y lo que me sorprendió fue el tablero, que más bien es un mantel, tanto en material como en tamaño, de prácticamente metro y medio por metro y medio. Así que si un día me quedo sin mantel, lo puedo usar.

Por tanto, el juego quedó un poco apartado por su simplicidad y porque coincidió en la época en la que uno empezaba ya con otras cosas y fue una pena no disfrutarlo del todo, pero para nada me arrepiento de su compra; primero, por lo revalorizado que se encuentra, y segundo, porque las miniaturas por separado ya cuestan más que el propio juego y hoy en día, donde todo está inventado, se pueden usar peanas y es como tener 120 miniaturas para Heroquest. Falta inventar o ampliar las reglas y disfrutarlo como un enano. De hecho, la foto que acompaña es del pasado mes de Julio, que monté el juego completo en la mesa (me faltaba mesa, la verdad...) y eché una buena guerra con pequeñas variaciones de reglas. Con lo que yo he sido a la hora de inventar juegos y lo oxidado que me encuentro... o quizá sean otros los motivos. Lo que tengo claro es que algo gordo espero montar, con todo el material que tengo disponible, y aunque me tenga que inventar unas reglas para jugar en solitario. Es lo que hay, por ahora...

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