Heroquest no me cansaba, pero sí que llegó un momento en que se necesitan estímulos para continuar ampliando las posibilidades de un mundo de fantasía como el que Heroquest nos ofrece. Pero las miniaturas existían... o estaban en ello. El caso es que, por aquella época, no sé si Games Workshop sacó provecho de Heroquest para empezar a vender miniaturas, o si fue al revés, MB, la propietaria de Heroquest, la que se aprovechó de Games Workshop como fabricantes de miniaturas. Ésta última, si no lo tengo mal entendido, comercializó Warhammer, su juego de miniaturas de fantasía basado en batallas y guerras (lo que viene a ser un wargamer) y Warhammer 40k, donde las criaturas son las mismas pero usan la tecnología de un hipotético año 40.000, con sus armas futuristas y demás... que me corrija el entendido si no es así. Warhammer, como juego de estrategia, para mi gusto, era demasiado enreversado. Demasiadas tablas para todo, te pasabas media hora calculando para hacer una simple tirada de dados. Con decir que hay que usar reglas para medir los centímetros exactos entre las miniaturas que entran en combate (por ejemplo, para las tropas con arcos...) y que se podían abrir debates larguísimos acerca de la medida exacta porque apenas un centímetro podía variar completamente el daño causado con los proyectiles... para mi, excesivo. No digo que esté mal o que no sea divertido; simplemente, poco ágil para mi gusto.
Lo interesante es que el mundo de fantasía creado para Warhammer es totalmente compatible con Heroquest, y las miniaturas de Warhammer tienen algo más de calidad y se pueden comprar perfectamente para jugarlas en Heroquest. Y más divertido aún, y emocionante, es abrir una caja de miniaturas de Warhammer y destroquelar el plástico y montarlas. De esta forma, cada miniatura puede ser diferente, en función del lugar donde decidas pegar el carcaj con las flechas, la posición del brazo y cabeza u otros complementos que acompañan a cada caja de miniaturas de Warhammer. Así que este arquero elfo es diferente de los otros 15 que vienen en la caja porque así lo he montado y lo he pegado yo. Y es que en Warhammer es casi más importante cómo montes tus miniaturas y cómo las pintes que las batallas posteriores.
Por ejemplo, este elfo que muestro, está formado por el cuerpo, la cabeza, el brazo izquierdo que ya incorpora el arco, el brazo derecho y el carcaj. En una caja de miniaturas suele haber siempre brazos de sobra, cabezas, y otros complementos cuyo peso en plástico no es importante (obviamente, no hay más cuerpos porque entonces la caja no sería de 16 miniaturas, sería de más...) para que de esta forma tengas donde elegir y combinar dichos elementos para hacer miniaturas diferentes.